“A ver si quedamos un día
para intentar hacer macarons”, esto es lo que llevábamos diciendo meses mi
amiga Martina y yo. ¡Qué ganas teníamos de hacer esos dulces tan bonitos!
Bueno, pues al final llegó
el momento, conseguimos quedar. Qué ilusión y qué expectación! “Nos saldrán
bien?”, pensábamos, y el caso es que eso no importaba, la cuestión era tener
una excusa para pasar la tarde en la cocina, probando recetas, investigando, en
fin, disfrutando!
Después de buscar entre
miles de recetas, conseguimos una que nos gustó, y es que al final todas llevan
los mismos ingredientes (clara de huevo, azúcar y almendra molida), pero las
cantidades y la forma de elaborarlos varían ligeramente dependiendo de la
receta.
Ingredientes:
- 60 gramos de harina de almendras.
- 140 gramos de azúcar glass.
- 2 claras de huevo.
- 1 cucharada de azúcar.
- 1 pellizco de sal.
- Unas gotitas de colorante.
- El relleno elegido.
Elaboración:
- Colocar una lámina de silicona o un papel vegetal
en la bandeja del horno. Precalentar el horno a 150 ºC arriba y abajo.
- Mezclar bien el azúcar con la harina de almendras y
reservar.
- Montar en otro bol las claras con unas varillas.
Cuando estén perfectamente montadas, incorporar la cucharada de azúcar y el
colorante deseado mientras seguimos batiendo.
- Añadir poco a poco la mezcla de almendras y azúcar
a las claras montadas y teñidas.
- Preparar una manga pastelera con una boquilla lisa
de 1cm de diámetro aproximadamente. Introducir la mezcla en la manga.
- Formar pequeños circulitos de masa de unos 2 cm, dejando
una separación entre ellos de unos 4 cm, para evitar que se unan cuando crezcan
al hornear.
- Una vez formados, dejar reposar como mínimo 30
minutos antes de hornear. De esta forma se irán secando en la superficie y
formando su característica costra.
- Hornear entre 12 y 15 minutos.
- Cuando los macarons se hayan enfriado, los iremos
rellenando. Vamos formando una especie de sándwich con dos circulitos y el
relleno elegido.
Para el relleno pensamos
en el chocolate o en el limón, así que hicimos unos rellenos de crema de chocolate y otros de curd de limón.
Hay que tener unos cuantos
detalles en cuenta para que los macarons salgan bien:
- Usar las claras envejecidas (deben pasar un par de
días en un recipiente en el frigorífico entes de usarlas). De esta forma
perderán humedad y el merengue quedará más consistente.
- La harina de almendras tiene que ser muy fina, así
que conviene molerla de nuevo antes de usarla si vemos que se nota el grano de
almendra.
- Con el azúcar ocurre lo mismo, así que usamos
directamente azúcar glass o pulverizamos el azúcar normal.
- Es mejor añadir el azúcar y el colorante del
merengue una vez que las claras hayan montado, si lo añadimos antes de montar
es probable que no consigamos un buen merengue.
Todas estas advertencias
las tendremos en cuenta para la próxima vez, porque algunas han sido
observaciones y deducciones que hemos hecho durante la elaboración, y otras las
habíamos leído, pero una vez metidas en harina… no hemos tenido paciencia!
Uno de los fallos
cometidos se ha terminado convirtiendo en un éxito: añadimos el azúcar y el
colorante a las claras antes de montar, pero así fue imposible hacer el
merengue, así que las claras de color rosa que no montaron, se convirtieron en
unas deliciosas magdalenas de anís!!
Como la tarde fue muy
divertida, pronto repetiremos la experiencia. Para la próxima cita, una receta
tradicional: roscas de candil.
Rafa, te reservaremos una
plaza!!