GUISANTES CON JAMÓN Y SALSA DE TOMATE

Hoy una de guisantes...

Han pasado ya muchos años desde que yo estaba en la escuela... muchos, muchos... pero no los suficientes para olvidar los días en los que tocaba guisantes para comer. No me gustaban nada!

Mi pobre madre ha tenido que lidiar con tres niños que no eran precisamente buenos comiendo ciertas cosas... pero ella nunca se amilanó: hasta tocó llevarse las alubias de merienda una vez!. A pesar de todo, aunque el menú del día no nos gustara nada, terminábamos todas las comidas con un "mamá, qué buena cocinera eres", que en casa se convirtió en toda una tradición. 

Los días que tocaba guisantes... yo sólo podía comerlos "impulsados" con un buen trago de agua: cucharada de guisantes y vaso de agua, para dentro! sin masticar ni nada. Y así hasta que se terminaba el plato.

Después... al cole con la barriga llena de bolitas verdes flotando!

Hoy en día los como de vez en cuando, y he de decir que hasta me gustan.

Esta receta me la enseñó una buena amiga (de la que aprendo muchas cosas), y os aseguro que no será la única vez que la haga, porque, además de ser muy fácil y rápida de preparar, queda riquísima!

Ingredientes para 4 personas:

• 400-500 g de guisantes.
• 1 cebolla.
• 1 pimiento rojo.
• 100 g de jamón.
• 2 ó 3 cucharadas de salsa de tomate.
• Un vaso (de los de agua) de vino blanco.
• Aceite de oliva virgen.
• Sal.

Elaboración:

• Picamos la cebolla y el pimiento, y los pochamos con un poco de aceite.
• Picamos en pequeños taquitos el jamón y lo añadimos a la cazuela.
• Añadimos el tomate y cocinamos un par de minutos.
• Echamos los guisantes al sofrito, y a continuación el vino.
• Dejamos cocer hasta que los guisantes estén tiernos. Rectificamos de sal si fuera necesario.