Es verdad que el mejor momento para preparar esta receta es el invierno, ya que es la temporada en la que las naranjas están mejor.
Pero no es menos cierto que las vacaciones son un momento estupendo para recetas en las que tengamos que ponernos sin prisa. Como es el caso en estas cáscaras de naranja confitadas. No es una receta complicada, al contrario, pero sí que necesita su tiempo.
Así que cuándo hacerla es vuestra decisión, pero lo que es seguro es que una vez hecha, repetiréis fijo!
Estas cáscaras de naranja confitadas, se pueden rebozar en azúcar, como he hecho yo, o bien bañar en chocolate. De cualquier manera son deliciosas.
Se pueden comer así directamente, como una deliciosa golosina, o utilizar en bizcochos o postres, ya que en un recipiente bien cerrado aguantan incluso meses.
Ingredientes:
- 4 ó 5 naranjas, de gran tamaño, con mucha médula, es decir con una cáscara bien gordita y toda su parte blanca.
- Azúcar para hacer el almíbar. Usaremos el doble de lo quesen las cáscaras una vez cocidas.
- Un poco más de azúcar, para decorar las tiras una vez confitadas.
- Agua.
Elaboración:
- Comenzamos pelando las naranjas. Para ello, con ayuda de un cuchillo, haciendo un corte circular eliminamos los dos extremos y hacemos 4 cortes verticales en cada naranja de extremo a extremo.
- Con mucho cuidado de que no se rompan, retiramos los 4 segmentos de cáscara incluyendo la parte blanca
- Lo siguiente será blanquear las pieles de la naranja, es decir, cocerlas para eliminar su amargor.
- Ponemos las cáscaras en una cazuela, las cubrimos de agua y ponemos al fuego.
- Cuando empieze a hervir, dejamos cocer durante cinco minutos.
- Pasado este tiempo, retiramos del fuego, escurrimos las cáscaras y las enfriamos colocándolas durante unos segundos bajo el chorro de agua fría.
- Ponemos de nuevo a hervir las cáscaras, y repetimos esta operación, tal como hemos hecho esta primera vez, 3 ó 4 veces más.
- Despúes de haber hervido las cáscaras 4 ó 5 veces, y bien escurridas, las pesamos.
- El peso de las cáscaras en este punto será el que nos determine el peso de azúcar y de líquido para hacer el almíbar. Es decir, por ejemplo, si las cáscaras ya blanqueadas pesan 400 gramos, necesitaremos 400 gramos de azúcar y 400 gramos de líquido para el almíbar.
- El líquido para el almíbar puede ser agua. O bien, como fue mi caso, parte de zumo de zumo de naranja y parte agua.
Venga, hagamos una parada aquí y recapitulemos lo que tenemos en esta primera parte de la receta:
- Cáscaras de naranja hervidas (por ejemplo 400 gramos).
- Azúcar (en nuestro ejemplo, 400 gramos).
- Zumo de naranja y agua (siguiendo con nuestro ejemplo, 400 gramos entre los dos. Podemos usar mitad de cada).
Continuemos con la elaboración:
- Con mucho cuidado para que no se rompan, cortamos las cáscaras a lo largo, en tiras de medio centímetro aproximadamente.
- Ponemos el zumo de naranja, el agua y el azúcar en una cazuela al fuego. Cuando empieze a hervir, introducimos las tiras de cáscara de naranja y bajamos el fuego.
- Dejamos hervir a fuego lento, y removiendo con mucho cuidado de vez en cuando, durante unas dos horas.
- Pasado este tiempo, veremos que el almíbar está reducido casi por completo y las cáscaras blanditas. Es el momento de sacarlas de la cazuela. Las colocaremos con mucho cuidado sobre una rejila para que se vayan enfriando y secando.
- Podemos dejarlas secar durante un día o dos, es un proceso lento y no hay que tener prisa.
- Por último, las rebozamos en azúcar.
Ya están listas para comer, o para guardar e ir usando cuando nos hagan falta... si es que no se acaban antes, claro!
¡¡¡¡ Ohhhhhh!! Qué rico. Me encanta la naranja confitada y cualquier momento es bueno para hacerlas.
ResponderEliminarQué bonitas te han quedado
Muchas gracias, Raquel!
EliminarTienes razón, cualquier momento es bueno.
Un saludo!