Patatas de llover
es el nombre de un recuerdo, uno de los primeros recuerdos de mi infancia.
El frío en la cara
al salir del coche, el olor a chimenea en la calle, correr a ver a la abuela,
abrir la puerta de la cocina, ver entre las cenizas esas patatas asadas,
cogerlas entre las manos frías, apretarlas para abrirlas, echar un poquito de
sal y……… qué ricas!!!!
Para nosotros el
recuerdo de esas patatas va asociado al invierno, a la lumbre en la chimenea, a
la infancia, a la felicidad de tres niños y por supuesto a la abuela Goya.
Gracias abuela por
esas “patatas de llover”, por enseñarnos tantas cosas, por tus historias, tus
sabios consejos, por querernos tanto y por ser una de las dos mejores abuelas
que un niño puede tener.